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KAY PUNKU
Acción documentada de Chaski Q’enti (Picaflor mensajero) presentada por Ana Correa y Débora Correa, creadoras e intérpretes de esta propuesta.
Dos Mujeres, una puerta, un escenario vacío y una campana, cual vestigio del campanario de una iglesia, da tres toques; así comienza Kay Punku (Esta puerta) como un llamado a la memoria al presente para que no se repita un horror semejante en el futuro.
Kay Punku está compuesta en dos tiempos. Uno abre un espacio para testimoniar la historia de abusos y violaciones a las que fueron sometidas las mujeres de las comunidades campesinas durante los años de guerra interna en el Perú; y otro, nos invita a entrar en un espacio ritual de curación y reparación de la memoria.
Ana y Débora Correa presentan sus cuerpos como mapas, donde inscriben la historia de comunidades del Perú y sus víctimas.
La acción está conformada por la Narradora y la Mujer de la Puerta, quienes representan las identidades de mujeres que cuentan, narran, testimonian, dan lugar a aquellas memorias de dolor; asimismo Kay Punku abre simbólicamente una puerta - un espacio de reconocimiento y sanación, a través de un ritual de limpieza, que se enraíza en la memoria como registro del dolor vivido por estas mujeres; a partir del cual es posible acoger con respeto los hechos sucedidos y abrir un espacio seguro donde juntas reivindicar el dolor, a través de un rito de limpieza y sanación, que da lugar a la esperanza e invita como parte de la sanación, a reestablecer la dulzura y la alegría de manera simbólica.
Así entre todas las mujeres ahí presentes, en cada presentación de Kay Punku (Esta Puerta) honrar el dolor vivido, y abrazarlo con profundo amor, dulzura y esperanza.
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